“… no todas somos madres, pero todas hemos cuidado” (Rea, D. 2020, introducción)
La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas determinó en el año 2023 que cada 29 de octubre se conmemorara el Día Internacional de Cuidados y el apoyo para alentar a las naciones e individuos a tomar conciencia del valor del trabajo de cuidados y apoyo. En México, todavía no se ha establecido un sistema nacional de cuidados, aunque se han presentado iniciativas al respecto.
Las actividades de cuidado son imprescindibles para el sostenimiento de la vida de los seres humanos. Los cuidados son definidos como “… todas las actividades que regeneran diaria y generacionalmente el bienestar físico y emocional de las personas. Estas abarcan las tareas cotidianas de gestión y sostenimiento de la vida, como el mantenimiento de los hogares, el cuidado de los miembros de la familia, la educación de hijas e hijos y el propio autocuidado.” (ONU Mujeres, 2023). Todos en algún momento recibimos y damos cuidado a otras personas, lo que constituye un acto de amor, de generosidad al contribuir al bienestar físico y mental de quienes lo realizan o reciben. Es una labor donde cuidador y el cuidado ganan. Tal como se menciona en libro “Fruto” de Daniela Rea: “Cuidar nos conserva, nos sostiene y nos reúne, pero también nos arrasa y nos agota” (Rea, D. 2020, contraportada).
El trabajo de cuidado y apoyo es un tema complejo que involucra, principalmente, aspectos psicológicos, familiares, sociales y económicos, entre otros. Está impregnado de estereotipos de género, desvalorización, discriminación por etnias y clase social. En la sociedad patriarcal donde vivimos las actividades de cuidado expresan la desigualdad de género, en las cuales la división sexual del trabajo determina que mujeres y niñas tienen una mayor carga con serias consecuencias para su desarrollo y bienestar físico y mental. En especial, existe una relación pobreza – cuidados en la cual, a mayor tiempo dedicado al cuidado más pobreza al disponer de menor tiempo para prepararse e ingresar al mercado laboral o al sector educativo. Otra consecuencia es la pobreza de tiempo para realizar proyectos de vida, ocio, relaciones interpersonales, educacionales y descanso (ONU Mujeres, 2022). Si la mujer realiza trabajos de cuidado remunerado, éste se caracteriza por ser precario e informal.
La Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC) 2022 elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en México presenta los siguientes resultados:
Ante esta problemática, se plantea la creación de sistemas integrales de cuidado que tengan por objetivo: “reconocer, reducir y redistribuir el trabajo de cuidados --que hoy realizan mayoritariamente las mujeres--, desde una perspectiva de derechos humanos, de género, interseccional e intercultural.” (ONU Mujeres 2022) que implique la corresponsabilidad de varios agentes de la sociedad tales como mujeres, hombres, el Estado, la economía y la sociedad entera, aunado a políticas públicas encaminadas a garantizar el acceso a los cuidados que las personas necesitan para lograr el bienestar. La sociedad del cuidado “… representa un bien común, un beneficio que implica bienestar para todas y todos, y que se traduce en crecimiento económico, que contribuye a la prevención de la violencia y al fortalecimiento del tejido social.” (Secretaría de Relaciones Exteriores, 2023)
La Comisión Interna para la Igualdad de Género (CInIG) de la DGBSDI se une a esta conmemoración resaltando la importancia y el valor de los cuidados y el apoyo en la vida y bienestar de la población.