Reseña
Ciudad de México, 18 de octubre de 2024 - Dentro del Programa de Corresponsabilidad de los Cuidados en la UNAM, la Comisión Interna para la Igualdad de Género de la Dirección General de Bibliotecas y Servicios Digitales de Información (CInIG-DGBSDI) llevó a cabo el taller titulado “Sororidad en el trabajo: creando redes de apoyo y cuidado”, impartido por la Mtra. Iliana Palafox Luévano.
El taller comenzó con una dinámica basada en la leyenda del Nahual. Según esta leyenda, los nahuales son individuos que pueden transformarse en animales durante la noche y regresar a su forma humana al amanecer. En la actividad, se mencionó que cada persona tiene un animal protector conocido como su nahual, que actúa como un guardián espiritual, brindando protección y guía. Los participantes dibujaron su nahual en una hoja blanca, añadiendo atributos relacionados con su personalidad.
Posteriormente, se abordó el concepto de sororidad, que ha ganado relevancia en los últimos años, especialmente en el contexto de los movimientos feministas. Según la autora Marcela Lagarde, la sororidad es la hermandad entre mujeres, basada en la idea de que somos iguales y podemos aliarnos, compartir y transformar nuestra realidad. Es sumar esfuerzos y crear vínculos sólidos.
La sororidad se refiere a la solidaridad y apoyo mutuo entre mujeres, promoviendo la igualdad y el empoderamiento. Este término va más allá de la simple amistad, implicando un compromiso activo para luchar contra las desigualdades y las injusticias que afectan a las mujeres.
La Mtra. Palafox centró su charla teórica en el concepto de “El buentrato”, haciendo referencia a la autora Fina Sanz, quien indica que “El buen trato es el buen amor”. Este enfoque busca no solo sanar a nivel individual, sino también transformar las relaciones y la sociedad en su conjunto. En este contexto, la sororidad se convierte en una herramienta poderosa para el cambio social, promoviendo la igualdad y el respeto mutuo.
Sanz nos invita a cambiar nuestra perspectiva sobre las relaciones humanas, promoviendo un modelo de convivencia basado en el respeto, la cooperación y la solidaridad. El buentrato se construye en tres dimensiones: social, relacional y personal. En la dimensión social, basada en la relación colectiva, el buentrato busca transformar las dinámicas sociales para crear comunidades más justas y armoniosas. En el ámbito relacional, se trata de establecer vínculos basados en el respeto mutuo y la comunicación asertiva. Finalmente, en la dimensión personal, implica el autoconocimiento y el autocuidado, fomentando una relación saludable con uno mismo.
Para lograr este cambio, Sanz propone abandonar creencias y comportamientos que perpetúan el maltrato y adoptar nuevos valores que favorezcan el desarrollo personal y las relaciones saludables. Este enfoque no solo mejora la calidad de vida individual, sino que también contribuye a una sociedad más equitativa y pacífica.
Para la retroalimentación final, se entregó una hoja en la que los participantes debían describir cinco relaciones importantes con compañeras de trabajo y responder a las siguientes preguntas:
- ¿Qué recibo?
- ¿Qué aporto?
- ¿Cómo me tratan?
- ¿Cómo me siento?
- ¿Qué me falta?
- ¿Cómo consigo lo que me falta?
El objetivo del taller fue inspirar a las personas a trabajar por un mundo donde la igualdad de género sea una realidad, construyendo relaciones más equitativas y justas.
Fuentes:
Colaboración de la Mtra. Julia Pérez Soto, Técnica Académica de la DGBSDI, Subdirección de Servicios de Información Especializada, Área de Gestión de Recursos Electrónicos
